La semilla de la humanidad

Quiero empezar estas palabras citando las de alguien más, y es una persona a que admiro mucho:


«La semilla de las ideas falsas germina y crece hasta convertirse en relaciones sociales injustas y perniciosas que producen sufrimiento.»
— Vishal Mangalwadi, Verdad y Transformación —


Por lo mismo, este día no quiero escribir versos, que causen suspiros o pensamientos románticos, o mucho menos filosofar sobre el tiempo o el espacio. Hoy quiero escribirle a nuestra humanidad (nuestra conciencia), esa que está muriendo dentro de nosotros por no querer ver la realidad que nos rodea.

Lo que ha estado sucediendo en Francia, lo que hicieron con el piloto jordano, lo que le hicieron a los 21 jóvenes en una playa de la provincia de Trípoli, lo que hicieron con 148 estudiantes universitarios kenianos y muchas otras ejecuciones masivas a lo largo de nuestra historia; esos no son actos religiosos, son actos terroristas.

Y sí, soy parte de todos aquellos que estamos indignados, molestos y muy tristes por lo que pasó y esta pasando. No porque fueran franceses o ilustradores a los que callaron con una bala, no porque fuera un jordano o un piloto a quien ejecutaron de una forma tan vil, no por que fueran jóvenes o cristianos los que fueron decapitados, no porque fueran kenianos o estudiantes universitarios los que fueron acribillados en esos pasillos ahora bañados en sangre; sino porque acecinaron a seres humanos, solo por creer, pensar y expresarse de una forma que no era del gusto de «algunos».

Una creencia espiritual o religiosa, no debería de ser el pretexto para matar a otro ser humano. Lamentablemente, ha sido el pretexto predilecto de muchos extremistas religiosos durante muchos años, los cuales, al igual que los extremistas políticos solo buscan una razón más para matar y obtener poder a travez de ello; y por lo visto aún sigue siendo «el pretexto predilecto».
Yo soy cristiano y fiel creyente de Dios y de su evangelio. Pero eso no me da el derecho de burlarme, humillar, denigrar o hasta matar a otro solo porque no cree en lo mismo que yo o porque me ofenda la forma en que otra persona ve mi creencia espiritual, o porque apoye X o Y pensamiento político.

La política, la iglesia y cada pensamiento religioso debería ser columna y fundamento de la verdad, y no de ideas falsas y opresivas que solo llevan a la destrucción de la vida misma. Y esto seguirá pasando, si seguimos permitiendo que esa semilla, «La semilla de las ideas falsas» siga germinando y creciendo en las mentes y corazones de la humanidad. Deberíamos preocuparnos menos en que monte (edificio) debemos adorar, o si nuestro pensamiento es darwiniano, shakesperiano, luterano o socrático, o de que estatus religioso soy; deberíamos preocuparnos más por hacer «HUMANIDAD»; enseñar más sobre la sensibilidad, compasión y bondad hacia los semejantes. Sobre dar de comer a los hambrientos y ayudar al más necesitado; es momento de llevar las buenas nuevas y de amar al prójimo como a nosotros mismos. De tener más políticos y ministros religiosos voluntarios, y más maestros y bomberos bien pagados. Porque esto no es cuestión de ser o no ser de un pensamiento político, o ser o no ser de una religión especifica, esto se trata de ser o no ser un «SER HUMANO».

Y tú, ¿Aún eres un SER HUMANO?

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