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Mostrando entradas de octubre, 2015

Musa nocturna

Musa nocturna, tú que me llenas de suspiros, que me llevas al recuerdo y a esos sueños que mi piel añora. Hoy a ti te escribo. Pues por ti siento todo este caos de sentimientos, esta euforia de pensamientos, y este amor que persiste en ser eterno. Hoy a ti te escribo. A ti que vives en la memoria de mi piel, que te sumerges en mis sueños más platónicos; y que llegas incluso, hasta ese lugar donde nace cada verso en mi interior. Hoy, a ti te escribo. Porque cada palabra, y cada sentimiento encerrado en ellas, solo a ti te pertenecen y a ti te pertenecerán, a ti, y solo a ti. Sí, hoy a ti te escribo. Pues te siento más que a mi propio ser, aun más que el aire que respiro; y ahí, justo ahí, después de cada latido. Hoy, hoy a ti te escribo; pues es por ti, que yo vivo.

Un adiós

Luego de un adiós lo único que queda es el silencio de la noche, la inquietud de una mente agonizante, y mucho ruido en el alma. Ruido que carcome las entrañas y hace estremecer hasta el futuro distante. Luego de un adiós lo único que queda es la gélida presencia de una ausencia, el cumplimento de un presentimiento, y esas palabras que se pronunciaron chocando súbitamente ante la realidad. Realidad que es tan certera como cruel, y hace colapsar los sueños y la esperanza de un ser. Luego de un adiós, lo único que queda es esa sensación de vacío, el legado de un sufrimiento, y esas conversaciones con la oscuridad antes del amanecer. Conversaciones disfrazadas de recuerdos, de momentos e instantes que nunca dejaran de ser. Porque luego de un adiós, solo queda la Nada, y ese Todo que alguna vez fue y nunca volverá.

Labios sabor a café

Y fue entonces donde las letras tomaron propiedad viviente. Y cada una de esas instancias lejanas se acercaron a la realidad latente. Donde lo irreal tomó la estructura de un ser iridiscente, y la luna se volvió en mi amante y fiel oyente. Pues fue en esos labios sabor a café, donde todo aquello que soñé, lo obtuve y lo encontré por primera vez. Y es ahí donde cada fantasía de un sutil romance, donde cada verso sublime lleno de resplandor, donde cada ocaso y despertar tuvo razón y una visión, un aroma y un sabor. Pues en esos labios sabor a café, es donde todo tuvo un nombre per se; y ese nombre, ahora tiene para si, mi vida, mis labios, mis letras y este raro y enamorado corazón, que lo único que desean, es embriagarse, de ese fino y sublime sabor.

Otoños endebles

Otoños endebles que visitan nuestras vidas y que nos retornan a esas vidas pasadas con sentimientos inmortales, que insolentes y ruidosas nos llevan por el camino de hojas crujientes y tardes sin sol. Vientos y brumas otoñales que tocan la piel de la memoria, sensibilizando cada suspiro y entorpeciendo cada pensamiento, haciendo imposible la visibilidad, de eso que se encuentra frente a nosotros. Otoños endebles que se acercan con sigilo, que nos hacen presa de lo innombrable y lo sumamente atesorado por el corazón, pero ignorado por la razón; y que a su vez, solo es eso que inconsciente, nos permite aun estar vivos. Lluvias otoñales que anuncia su llegada desde la distancia, como aquel asesino que vestido de sadismo, pega de tiros al aire, para introducir firmemente el miedo y así, entorpecer el camino de aquel que huye de su destino cruel. Otoños endebles que solo son el mensajero de un rey frío y despiadado, que viaja desde el norte, solo para recordarnos que la primavera ll

Escondidos

Escondidos en cada suspiro, se encuentran galaxias y mundos enteros, que esperando por un beso, mueren lentamente de amor.

Una de mil vidas

Aquí mientras comparto existencia con mi otro yo, ese que habita en el espejo; recuerdo una de mil vidas, y suspiro… suspiro por ti, suspiro por nosotros, suspiro por mi.

Fragmentos de vida

Fragmentos de vida, que guardados en el alma, hacen ruido en la mente y provocan suspiros desde el corazón. Suspiros que en silencio, gritan tu nombre en cada rincón de esta oscura y fría ciudad; ciudad que lleva el nombre «Olvido».

Asiento 25

Esa noche tormentosa, mientras las gotas de lluvia chocaban súbitamente contra el autobús, en el asiento 25, las lágrimas de un alma rota rodaban hasta caer al suelo. Los segundos se convirtieron en eternidad y los kilómetros recorridos en lejanía agonizante; pues mientras más se alejaba de ese último abrazo y ese tierno y sublime beso, su alma se rompía más. La oscuridad interna se funcionaba con la externa del camino, el sonido de los neumáticos partiendo el agua en dos mientras hacia su recorrido por ese camino desolado y lleno de historias sin contar, eran toda la compañía de ese ser que habitaba por un corto tiempo en ese asiento 25; ese que consolaba escasamente, la tristeza y dolor de ese trastornado ser. Y en un abrir y cerrar de ojos, entre suspiro y respiro, su aroma invadió cada rincón de ese autobús, y los recuerdos hicieron acto de presencia inmediatamente, uno a uno en su mente y corazón; cada caricia, cada beso, cada palabra, cada sonrisa y cada muestra de amor se hacían

El último fragmento de corazón

Sentada a la orilla de su cama, abrazando fuertemente un almohadón ya viejo, cubierto por lagrimas y sueños rotos, se encuentra Ella, una chica con hambre de libros y sueños de poeta; y mientras la humedad y el frío de esa noche apunto de terminar se convertían en el único abrigo de su piel,  Ella sujeta ese almohadón como si se tratara de su propio corazón. Alzando su mano derecha, toma una extensión de su alma, un cuaderno de notas forrado de cuero rojo; dentro de él, se encuentran plasmadas letras confusas y sueños gitanos, versos dulces y palabras con sangre. Ahí, en ese pedazo de universo literario, se encuentra su vida, su muerte y cada palabra que como el fénix, ha logrado hacer renacer su alma.  Pero esa noche, Ella solo esta siendo atormentada por una sola pregunta, una pregunta que la lleva a llorar en silencio y a tatuar letras en su cuaderno rojo: — "¿Qué sucede cuando el último fragmento de corazón se rompe?   ¿Acaso se destruye nuestra alma, perdemos nuestr

¿Qué es llorar?

¿Qué es llorar? ¿Acaso es solo derramar lagrimas, 0 es algo que va más allá? Pues la verdad he de decir, que he llorado más veces sin derramar una sola gota, que las veces en que estás han rodado por mi rostro hasta caer al suelo. Si, llorar es más que derramar lagrimas, es sentir que te ahogas y te quemas por dentro, es gritar en silencio y morir anónimamente, es querer volver en el tiempo o viajar al futuro en un parpadeo, es querer respirar y sentir que el corazón se detiene, es sonreír por fuera, y estar roto por dentro. Porque llorar es eso que el alma necesita, no lo que el cuerpo demuestra.

Euforia lunar

Recorrer tu mente con versos sutiles e ingresar a tu corazón con palabras dulces, es lo único que deseo al escribir entre líneas tú nombre en cada poema que nace en mi alma. Porque estoy inundado de tu presencia, estoy colmado de tu hermosura, mi ser y mi vida están al borde de la locura; y todo es por ti, oh dulce y hermoso ser, preciosa dama de luna. Es por eso que escribo, es por eso que te menciono sin nombrarte, es por eso que suspiro entre cada letra y palabra que plasmo; pues conjuro juntamente con mis versos cada sentimiento que sale de mi, para si poder llegar a ti, así de profundo, como tú estas en mi. ¡OH MI DULCE MUSA!, ¡mi universo en la piel!, solo quiero llegar a ti, recorrer tu mente e ingresar a tu corazón, hacerte sentir lo mucho que pienso y siento por ti. Así que seguiré y persistiré hasta el ultimo aliento y mi ultimo verso, para que mis letras hagan una pintura en el lienzo de tu ser, y así poder mostrarte lo que en mi habita, eso que es real y verdadero, eso que

Cruel tormento

Extractos de furia disueltos en el alma, amalgamando el tiempo y el dolor, convirtiendo todo en un ir y venir del cielo al infierno. Fragmentos de lluvia interna que despojan el ser, dejando un desolador paraje lleno de viento, frío y desdén. Pedazos de corazón que aún creen en lo que sienten, pero que agonizantes, gritan en silencio para no convertirse en parte del polvo del olvido. Tormento insistente, que visitas y muestras lo que no se quiere ver o sentir. Que llevas al ocaso de una luz y que envuelves como si fuese el único ser en esta insolente existencia. Oh cruel tormento, extracto de furia, tú que asechas sin descanso, y que mejor que un amante, persistes en tu cercanía e insistes en lo nuestro. Cuanto me gustaría tu lejanía, y mi paz, acto seguido a tu huida.

Su mirada

Envuelto en la oscuridad de la noche, el temor apresaba mi voluntad; tras cada paso que daba mi destino me aguardaba en ese lugar. Aquellas palabras que en juramento alcé, serían mi peor tormento y un gran castigo a mi ser. Como un cazador que asecha a su presa me escondí entre la penumbra y la multitud, esperando con certeza, que nadie supiera quién era este hombre-pez. Con vergüenza y gran pesar, con el miedo aferrándose a mi voluntad, con mi corazón que se convertía en fragmentos en mi ser, de lejos, le vi a él. Mas no pasé desapercibido, algo en mí hablaba a gritos; la multitud hostigaba mi presencia y sus palabras me acusaban sin clemencia. En tres ocasiones le negué, como si se tratara de un vil y cruel ser; mientras más le negaba el peso de su alma me sofocaba. El ave que despierta al sol cantó, y con él mi dignidad preció. Recordé esas palabras que salieron de mí, y todo mi mundo en un instante perdí. Pero al levantar mi rostro, su mirada me tocó, pues su amor era inmenso y sin

Sin tanto verso y poesía

Te extraño; sí, así sin tanto verso y poesía, sin tanta excusa o protocolo  Así de simple y doloroso, así de verdadero y sin miedos. Sin agregar más o quitar algo, con el alma hecha trizas y con el corazón en las manos. Sí, así te extraño, y así mismo te estoy amando.

Encuentro o extinción

Acabemos con la espera, y demos muerte a la incertidumbre. Volvamos a ser lo que un día fuimos o dejemos de existir en el intento de recuperarnos.

Simplemente amar

Ser y estar, suspirar y respirar, soñar y pensar, sentir y vivir, extrañar y necesitar; simplemente amar.

Esa primera vez

Ayer, en medio de un día y otro, me sumergí nuevamente en tu imagen y sucedió lo mismo que en esa primera ocasión, pues tu hermosura capturó mi corazón y tu mirada me enamoró. Caí preso de tus encantos y hasta pude percibir la luz que emana de tu bella y perfecta alma. Fue entonces, donde me di cuenta que siempre me enamoraría de ti, que cada día sería como esa primera vez, y que el resto de mi vida me sumergiría en ti, mi bella, mi amada, mi dulce dama de luna.