Un adiós

Luego de un adiós lo único que queda es el silencio de la noche, la inquietud de una mente agonizante, y mucho ruido en el alma. Ruido que carcome las entrañas y hace estremecer hasta el futuro distante.

Luego de un adiós lo único que queda es la gélida presencia de una ausencia, el cumplimento de un presentimiento, y esas palabras que se pronunciaron chocando súbitamente ante la realidad. Realidad que es tan certera como cruel, y hace colapsar los sueños y la esperanza de un ser.

Luego de un adiós, lo único que queda es esa sensación de vacío, el legado de un sufrimiento, y esas conversaciones con la oscuridad antes del amanecer. Conversaciones disfrazadas de recuerdos, de momentos e instantes que nunca dejaran de ser.

Porque luego de un adiós, solo queda la Nada, y ese Todo que alguna vez fue y nunca volverá.

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